martes, 30 de noviembre de 2010

Aquella noche...





La primera vez que le vi fue rodeado de gente. No destacaba, no llamaba la aención. Sonreía como lo podría haber hecho cualquier otro, y hablaba de cosas sin importancia. La gente le miraba, se reía con el, le tocaba el hombro.
Pero todo era mentira. Todo en él olía a engaño, a falsedad, a apariencias. Estrechaba la mano a todo el mundo, mientras que con la otra parecía dar puñaladas en la espalda.
Parecía una enorme cucaracha vestida de frac, con un martini en una mano y un revolver en la otra, que se paseaba de un lado a otro comentando lo deliciosos aperitivos o la buena música que se escuchaba.
Parecía que yo fuese el único que me diese cuenta. El único que viese la cara del insecto asomar por ese cuello de camisa tan impecablemente planchado.
Notó que alguien le observaba fijamente, que alguien había descubierto su secreto.
Nuestras miradas se encontraron, y no lo pude resistir más. salí del salón, con nauseas, y corrí a por mi chaqueta mientras evitaba las miradas de todo el mundo.
Mientras giraba por el pasillo y esperaba al ascensor, un olor a podrido me rodeó. Alguien me tendió la mano, en un saludo afectuoso. Y lo último que recuerdo es aquella enorme cabeza de cucaracha tan elegantemente vestida, diciéndome con una falsa sonrisa:
- Siéntase afortunado de haberse encontrado conmigo, caballero

viernes, 26 de noviembre de 2010

La librería.



- Mira cuanto quieras, pero no desordenes nada. Aquí dentro ya está todo bastante revuelto como para que encima metas tus manazas donde no debes. En serio, con que cambies un sólo libro de lugar...
- Tranquila, tranquila, no pienso tocar nada más de lo necesario. Veamos... ahá... sí.... Pero, oiga, ¿Dónde está el problema? Yo no veo nada fuera de lo normal.
- ¿Cómo que donde está el problema? ¿Eres ciego, acaso? Mira. Mira este maldito libro. ¿No lo ves?
- Sí, lo veo perfectamente, pero ¿Dónde está el problema?
- Maldita sea, ¡Aquí mismo! ¿Desde cuando Drácula y el hombre invisible pasean juntos por un camino de baldosas amarillas con un gato sonriente? ¿Qué está haciendo Gulliver en la casita de caramelo? ¿Por qué Hércules Poirot está discutiendo con Sherlock Holmes y el capitán Ahab sobre maniobras militares para la Revolución Francesa? ¿Dónde se ha visto semejante disparate?
- ¿Está mal?
- ¡Por supuesto que está mal! ¡Está todo mezclado! ¿Como no se ha dado cuenta?
- Bueno, verá, es que a mi no me gusta leer, ¿sabe?

*


Soy aquella de las promesas, aquella que se ríe por cualquier cosa, la que hace que toma apuntes mientras escribe cualquier cosa, la que con una cámara de fotos puede captarlo todo. Aquella en la que algunos pusieron sus secretos, sus esperanzas, sus sueños. Soy también aquella que se imagina subida en un escenario, en una película de los años veinte o en un taxi en Nueva York. La que pasea por las calles, mira a todo el mundo y sonríe a cualquiera que la mira.



Pero también soy aquella que grita, se enfada, da patadas y tira cosas con furia al suelo. Aquella niña caprichosa que sólo es capaz de pensar en si misma, la que miente, la que engaña, la que manipula. La que finge ante los demás, la que se comporta como lo que no es. Aquella que ataca y luego pregunta, que solo tiene ojos para lo que le interesa. La que se engaña a si misma todos los días. La que, aunque no lo diga, tiene miedo.



jueves, 18 de noviembre de 2010

Se levanta el telón.

Al parecer, este no es mi primer blog (había otro con sólo dos tristes entradas que dejé olvidado hace casi un año. Pero digamos que no cuenta).

En fin, olvidando detalles sin importancia, me dirijo justo al punto de interés: ¿Qué es lo que va a tratar el blog?

Y he aquí la respuesta: No lo se. Y la verdad, no me importa. Supongo que será un caos lleno de cosas sin sentido publicadas de un modo aleatorio (o quizás no). Al igual que yo, mi blog debe ser desastroso y desordenado, porque, al fin y al cabo, es un reflejo de mí. :)

Y sin más dilación por mi parte, se levanta el telón. Besitos a todos.


Zeli