viernes, 26 de noviembre de 2010

La librería.



- Mira cuanto quieras, pero no desordenes nada. Aquí dentro ya está todo bastante revuelto como para que encima metas tus manazas donde no debes. En serio, con que cambies un sólo libro de lugar...
- Tranquila, tranquila, no pienso tocar nada más de lo necesario. Veamos... ahá... sí.... Pero, oiga, ¿Dónde está el problema? Yo no veo nada fuera de lo normal.
- ¿Cómo que donde está el problema? ¿Eres ciego, acaso? Mira. Mira este maldito libro. ¿No lo ves?
- Sí, lo veo perfectamente, pero ¿Dónde está el problema?
- Maldita sea, ¡Aquí mismo! ¿Desde cuando Drácula y el hombre invisible pasean juntos por un camino de baldosas amarillas con un gato sonriente? ¿Qué está haciendo Gulliver en la casita de caramelo? ¿Por qué Hércules Poirot está discutiendo con Sherlock Holmes y el capitán Ahab sobre maniobras militares para la Revolución Francesa? ¿Dónde se ha visto semejante disparate?
- ¿Está mal?
- ¡Por supuesto que está mal! ¡Está todo mezclado! ¿Como no se ha dado cuenta?
- Bueno, verá, es que a mi no me gusta leer, ¿sabe?

1 comentario:

  1. A pesar de que el caos permanezca, es un tipo de desorden que causa interés por el hecho mismo de saber cómo podrá ser el desenlace :)
    Muchas gracias por tu comentario, preciosa (L)
    No te preocupes, te sigo yo también a ti, porque, de momento, lo que he leído me ha gustado mucho, especialmente el texto anterior <3
    Además, siento que tú también evocas magia por cada poro de tu cuerpo, ¡sólo tienes que dejarla fluir!

    Millones de besitos, Cassie :)

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